Salvados por la gracia
La gracia es el don del amor incondicional de Dios, que se da libre y generosamente, sin ningún tipo de ataduras, ni expectativas de compensación. Él concede su amor y misericordia a los santos y pecadores por igual. Ninguna persona puede ganar la gracia por sus propios medios. El apóstol Pablo dice: «Ciertamente la gracia de Dios los ha salvado por medio de la fe. Esta no nació de ustedes, sino que es un don de Dios» (Efesios 2:8).
El significado bíblico de la gracia
Pablo, al ser judío, formuló estas palabras en hebreo, el idioma original de las Sagradas Escrituras. El término para «la gracia» es «jesed» (חֶסֶד), se suele traducir como «bondad» o «misericordia». Esta palabra aparece cientos de veces en la Biblia hebrea para describir la compasión de Dios por los pecadores. Por ejemplo, Dios promete restaurar a la nación de Israel de su exilio en Babilonia, a pesar de las generaciones de pecado y desobediencia (Jeremías 33:11).
Explora el poder del hebreo bíblico
Jesús de Nazaret fue, ante todo, un mensajero de la gracia. Sus enseñanzas y acciones lo demostraron en todo momento. Cuando sanó a diez leprosos y solo uno le agradeció, Jesús no se enojó. El núcleo de su misión era servir y entregar la gracia. Por medio de Jesús, dice Juan, «ciertamente de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia» (Juan 1:16). Comienza tu viaje de estudios bíblicos en hebreo y descubre el verdadero sentido de «jesed al jesed», (חסד על חסד): «gracia sobre gracia». Inscríbete y cultiva tu interés por conectar profundamente con las enseñanzas de Jesús.