El cazador más temido

En los días de la Biblia, los leones eran los depredadores más temidos que rondaban por la tierra de Israel. Los pastores del antiguo Israel constantemente estaban al acecho de leones que pudieran atacar sus rebaños indefensos. Solo los luchadores más heroicos como Sansón y David fueron capaces de matar un león. No sorprende que la Biblia se refiera a los leones como el mayor símbolo de poder y autoridad. 

Un gobernante muy poderoso

La Biblia habla de leones casi doscientas veces. Jacob aseguró que Judá sería el antepasado de los reyes de Israel al compararlo con un león que «se apartó de su presa» (Gn. 49:9). Se dice que el rey David era «bravo como un león» (2 Sam. 17:10). Y, dado que el león es el símbolo eminente de la realeza, es muy apropiado que el último libro de la Biblia hable del triunfante rey mesiánico como el «león de la tribu de Judá» (Ap. 5:5). 

La verdad está en el original

Los leones son tan importantes para la mentalidad de la Biblia que el hebreo, de hecho, tiene seis palabras diferentes para decir «león»: arié, laví, kefir, layish, shahal, shahaz. Cada una se refiere a una etapa diferente de la larga vida del león, que no siempre se traduce. ¿Por qué son tan importantes estas caracterizaciones, y qué tipo de historia cuentan en la narrativa bíblica? Como ves, para comprender realmente la llegada prometida del «león de Judá» es importante regresar al lenguaje de Judá: el hebreo bíblico.