Una cueva de ladrones
Cuando Jesús entró al templo y volcó las mesas de los cambistas, seguía los pasos de uno de los más grandes profetas del antiguo Israel. Seis siglos antes, este hombre había condenado al pueblo por convertir la Casa de Dios en una "cueva de ladrones" (Jer. 7:11). Jesús utilizó precisamente la misma frase cuando vio las prácticas comerciales inmorales que sucedían en ese lugar sagrado. Este hombre era el profeta Jeremías.
El Señor levanta
Jeremías vivió a finales del siglo VII a.C. Pasó gran parte de su vida tratando de impedir que el pueblo judío pecara. Les advirtió sobre la destrucción babilónica de Jerusalén. En el hebreo original de la Biblia, el nombre Jeremías es Yirmiahu יִרְמְיָהוּ que significa "el Señor (yahu) levanta (yarim)". Parece un nombre alegre para un hombre conocido como el "profeta llorón". Pero, de hecho, el nombre resulta perfectamente apropiado.
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En el libro de Jeremías, el profeta cambia el tono de condena por el de consolación.Le dice al pueblo que, a pesar de sus pecados, Dios no los ha rechazado. El Señor restaurará a Jerusalén y establecerá un "nuevo pacto" con su pueblo. Seiscientos años después, Jesús vino a Jerusalén para inaugurar este pacto, siendo "levantado" por el Señor. ¡Participa en nuestras clases de Hebreo Bíblico online en vivo y eleva tu conocimiento de las Escrituras!