Un nombre dado por ángeles
Antes de que Jesucristo naciera, su padre José fue visitado por un ángel que le prometió un futuro milagroso: su prometida, María, aunque todavía virgen, pronto concebiría y daría a luz un hijo que crecería para ser el Mesías. El niño se llamaría Jesús pero, de acuerdo con la profecía, llevaría un segundo nombre: Emanuel. El nombre Emanuel aparece por primera vez en las palabras del profeta Isaías, quien vivió siete siglos antes de Jesús. Predijo que el futuro Mesías naczería de una virgen y su nombre sería Imanu-El (עִמָּנוּ אֵל), que en hebreo significa «Dios está con nosotros» (Isaías 7:14).
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Emanuel es un nombre sacrosanto, es decir, que reúne las cualidades de sagrado y santo, y que Jesús llevó toda su vida, pero nunca reveló a nadie. Sabía bien que las autoridades judías no toleraban a aquellos que afirmaban ser el Mesías, y por esa razón se refirió a sí mismo como «Cristo» solo en ocasiones muy selectas, pues afirmar que Él era literalmente Dios en persona viviendo entre nosotros habría sido considerado pura blasfemia. Entonces Jesús simplemente guardó este nombre sagrado para sí mismo. Solo cuando sabes hebreo puedes entender por qué Jesús mantuvo «Emanuel» oculto. Inscríbete en nuestro curso de Hebreo Bíblico online, en vivo, y saca a la luz los secretos más interesantes de la Biblia.