El hebreo bíblico revela nuevas perspectivas
En los últimos versículos de Génesis 29 leemos en una rápida sucesión la historia del nacimiento de los cuatro hijos de Lea. A cada uno se le asignó un nombre hebreo que contiene un significado profundo y emocional que es solo comprendido en el hebreo original. Su primer hijo, Rubén (רְאוּבֵן) obtiene ese nombre de la palabra hebrea ra’ah (רָאָה), que significa “ver”. El nombre de Rubén es una pura expresión de alegría: ¡ver a un hijo nacer!
El segundo hijo de Lea es Simón (שִׁמְעוֹן), que deriva de la palabra hebrea shemá (שָׁמַע) que significa “escuchar”. Lea expresa su gratitud a Dios por haber escuchado su llanto y la bendijo con un segundo hijo. El nombre del tercer hijo Leví (לֵוִי) está asociado a la palabra hebrea “conectar”, yelave (יִלָּוֶה). Lea esperaba que este hijo finalmente hiciera que Jacob esté más conectado a ella.
El más expresivo es el nombre del cuarto hijo, Yehudá (יְהוּדָה), que viene de la palabra hebrea “alabar”, odeh (אוֹדֶה). Finalmente Lea logra dejar de lado su rivalidad con su hermana y su frustración con su marido. Ella simplemente alaba a Dios por darle una gran parte en la creación de las tribus de los pueblos judíos. Hasta el día de hoy, el pueblo de Israel se hace llamar Yehudim o “hijos de Judá.” Inscríbete hoy en nuestros cursos en vivo y online de Hebreo Bíblico y deja que el idioma hebreo revele el mensaje profundo de las Escrituras.